Es una de las pocas cervezas nacionales que no había catado y me sorprendió gratamente.
Del grupo Heineken esta cerveza es del tipo «Ale de Abadía«. Lo del Legado de Yuste fue por Carlos V de Alemania que fue uno de los culpables de la introducción de la costumbre cervecera en nuestro país ( recordemos Carlos I de España y V de Alemania).
Su retirada la hizo en el Monasterio de Yuste y su legado dejó en la cacereña localidad de Yuste en La Vera…. De ahí el nombre de la cerveza en cuestión.
Aunque la etiqueta reza » cerveza de abadía» tiene su estilo propio y no comparable con las belgas. Digamos que está españolizada. A primera vista nos encontramos un color bronce con escasa espuma. En aromas aparecen esos lúpulos que le dan carácter y personalidad junto con unos tostados de la malta extremeńa que dejan notas de chocolate ( como el vino también la cerveza se va abriendo en aromas).
En boca predomina la acidez y las notas amargas. Cerveza de 6,5° que pasan con gran facilidad sin perder el carácter ni dejar de refrescar.
Al final deja unas ligeras notas dulces, lejos del exceso como puede darse en las típicas belgas/holndesa como las Grimbergen, La Trappe u otras españolas como la Cruzcampo Gran Reserva ( a la que se le echa en falta la acidez y el carácter refrescante de su hermana pequeña).
En definitiva una cerveza muy bien elaborada, para todos los gustos, que refresca sin perder el carácter y la personalidad.
Por 1,1 € es una muy buena recomendación.
Nacho Terol
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