Finca Moncloa está situada Arcos de la Frontera, un pueblo interior de la Sierra de Cádiz en una zona conocida por los ancianos del lugar como “la tierra de las viñas de Arcos” y a la entrada de la ruta de los “pueblos blancos”. Sin duda, uno de los parajes más bellos de Andalucía y un enclave único para la elaboración de vinos de la más alta calidad.
Finca Moncloa es una apuesta por recuperar tradiciones perdidas y olvidadas. Primero rescatando una variedad autóctona casi desaparecida como la Tintilla de Rota y después arriesgando con la producción de un vino tinto en Andalucía.
Es curioso ver cómo poco a poco los bodegueros andaluces se atreven a rescatar tradiciones de sus antepasados y recuperan esos vinos tintos andaluces caídos en el olvido y enterrados por la merecida fama de los generosos y blancos. Excelsos ejemplos tenemos en Granada, la Serranía de Ronda y por supuesto Cádiz.
La Finca Moncloa se encuentra situada muy cerca del pantano de Guadalcacín y de la Sierra Valleja, gozando de un clima mediterráneo con importantes contrastes de temperatura entre el día y la noche.
La Finca Moncloa dispone de 42 hectáreas de viñedo plantado con Cabernet Sauvignon, Syrah, Tempranillo, Cabernet Franc, Merlot, Petit Verdot y Tintilla de Rota. Se encuentra en una pendiente que permite una larga exposición al sol durante todo el año, produciendo uvas con intensa concentración, complejos aromas y los taninos necesarios para su envejecimiento que luego se refleja claramente en sus vinos.
El vino Finca Moncloa 2.009 que hoy comento está elaborado concretamente con con un coupage de Syrah, Cabernet Sauvignon, Tintilla de Rota y Petit Verdot.
La Tintilla de Rota es una variedad tinta que ya se usaba para elaborar vinos en el siglo XIX. Durante el siglo XIX la Tintilla de Rota casi se extinguió en el Marco de Jerez por la expansión del monocultivo de la uva Palomino utilizada para la elaboración de Brandy y Fino. Esta inusual variedad de uva aporta intensidad al vino en el coupage de los vinos tintos y cuando la vendimia es tardía da lugar a un exclusivo y delicioso vino dulce (ya lo trataremos en otro post).
Ahora al lío. Nos encontramos con un vino de 14,5 graditos. Con el coupage antes mencionado y una crianza de 9 meses en barricas de roble francés y Americano. Está adscrito a la Denominación Vino de la Tierra de Cádiz.
A la vista me encuentro con un vino de color rojo rubí intenso de capa alta con mucha lágrima. Un vino denso, comenzamos bien.
En aromas lo primero que nos viene a la cabeza son unas claras notas de regaliz y eucalipto, mentolado. Es un vino que ya en nariz presenta esa potencia y densidad de los buenos vinos. Poco a poco van apareciendo notas frutales (esa Syrah haciendo de las suyas) combinadas a la perfección con la crianza de 9 meses en barricas nuevas. Aparecen, como no, esos especiaditos tan ricos como la vainilla.
En boca, como digo es un vino intenso, se nota la Cabernet que te llena la boca, complejo y rotundo. De los que no te deja indiferente al probarlo. Vamos que además de catarlo se disfruta, que es de lo que se trata. Vino con una personalidad muy definida. No es uno del montón. El vino es estructurado (recordemos esas lágrimas que caen por la copa), equilibrado, con notas suavemente golosas y taninos presentes pero no molestos en ningún momento, con nervio. Tiene cuerpo y alegría, como se le pide a un tinto del Sur!
Respecto al maridaje con platos es un vino de amplias miras. Combina a la perfección con cualquier tipo de plato o elaboraciones con salsas, estofados, cocidos y guisos, carnes blancas, rojas, pescados a la parrilla o grasos, todo tipos de quesos. En fin un vino muy bien hecho y aún más rico para disfrutar.
Sobre el precio, que siempre me gusta comentarlo, está alrededor de 15 € dependiendo el lugar donde se compre. Un vino rotundo, original y elegante para una buena mesa para triunfar si ningún género de dudas.